El Brasil no es solo lo que parece

El Brasil no es solo lo que parece

Artículo publicado en el Periódico STOP edición 80

Por Cláudia Bernhardt de Souza Pacheco

¿Adónde van  a parar  las  profecías que  hablan de Brasil como la tierra donde la  civilización dorada del 3er Milenio va  a comenzar?

¿Cómo es posible que un Sao Paulo con el mayor índice registrado de enfermos mentales sea un faro de luz para la humanidad?

Un país donde predominan los escándalos de corrupción en todos  los niveles, especialmente en los cargos de poder, la criminalidad, el tráfico de narcóticos, de niños y de órganos, la desigualdad de clases, un pésimo índice  de aprovechamiento escolar, infraestructura lamentable, paraíso de los bancos y de los burócratas corruptos, impuestos y multas más altos del mundo, y donde el ciudadano recibe menos a cambio de los impuestos recaudados…

Yo tengo una tesis al respecto.

De acuerdo con la teoría psicoanalítica de  Keppe, aquel que  ve más  sus males y corrupciones, está  mucho más próximo a corregirlos, que  el que tiene una máscara  perfecta, resultado de la  censura  que hace  a la conciencia de sus patologías.

Recuerdo de una vez en el inicio  de los 90, que  estacionamos  nuestro carro en una plaza desierta al lado de una Iglesia en  la  ciudad  de Nuremberg, Alemania. En  realidad no teníamos idea que  era prohibido  estacionar en aquella  área. Prohibición totalmente  desconocida por nosotros, pues  en el lugar  no transitaba nadie y ni siquiera entendíamos alemán.  El carro tenía placa de Francia, país donde  residíamos y trabajábamos, indicaba  que  éramos turistas, trayendo  dinero para la ciudad.

Sin embargo, no todos piensan  así en Alemania (y en la  mayoría  de los países del primer mundo). Mientras  estábamos  en  la  iglesia  una  señora  vecina,  mirando de sesgo  detrás  de la cortina de la  ventana  de  su  sala, hizo una  denuncia  de  nuestra infracción al   servicio de grúa.

Demoramos  no  más de  15 minutos en  salir  de  la  Iglesia y ¡qué  susto! Nuestro  carro ya  estaba siendo llevado  por la  grúa.

Fuimos “robados” pagando 500 marcos (hoy  unos 500 euros), fuera  del  estrés por llevarse  nuestro carro.

Cuando llegué  a casa le escribí al alcalde  de  la  ciudad protestando contra  la  fábrica  de  multas que  había  sido  creada con  la  aprobación  del  gobierno. Comparé la  misma  situación a la ya instituida  en  Inglaterra. La  respuesta que  recibí del alcalde fue: En Alemania  no existe  NINGUNA  CORRUPCION y que en  el caso  de que yo  continuara insistiendo  en  ese error,  seria procesada por  ¡difamación y calumnia! Pero  la  industria  de las multas ¿no es  en sí, una  gran corrupción?

Entonces  en  este  caso, ¿cuál es la  diferencia  entre Alemania, el país  más desarrollado de  Europa y el Brasil?

No  somos  el país  más corrupto del  mundo, somos  el país donde la corrupción está siendo más  denunciada.

Por  increíble  que  parezca un cierto sector  de nuestra  sociedad ha  demostrado más equilibrio y más oportunidades lograr  corregir  los  problemas  del Brasil, por estar  denunciando  la  corrupción  como  ningún otro país  lo ha  hecho. Recientemente  fue publicado  un artículo  diciendo que la  ciudad de Sao Paulo posee el  mayor  número  de enfermos  mentales  del  mundo.

El paulistano  no es más  enfermo  mental  que los otros, somos  los  que  más admitimos  nuestras  enfermedades, nuestro  estrés, nuestra  depresión e inconformidad frente  a  esa  estructura socioeconómica  que día  a día  se corrompe, importando  del  primer  mundo, leyes, valores y comportamientos extraños  a nuestra  naturaleza.

Sao Paulo  es la  ciudad donde  la  ciencia trilógica nació y se  desarrolló. Fue  en Sao Paulo  donde  Keppe creó  el método más  eficaz de tratamiento de las  neurosis, psicosis y enfermedades psicosomáticas. Fue  aquí  que  él  y los ingenieros  de STOP crearon  el  motor  más  económico  del  mundo.

Es aquí  que  cada  trabajador  aguanta las  mayores  explotaciones de los  poderes instituidos, sean de ideología  de  derecha, centro  e izquierda, nacionales o multinacionales. ¡Somos  el  pueblo más pacífico, obediente y tolerante del planeta! Somos dentro  de  ese criterio,  el pueblo más equilibrado y no el más  enfermo; pues  toleramos  lo  que  nadie  más tolera.

Concientización

Puedo sin embargo,  decir  que ahora Sao Paulo está  despertando  a  esa conciencia. Está  perdiendo la  idealización que  hacía de  sus  gobernantes y jefes y denunciando de  forma  democrática y pacífica las  humillaciones  que  ha  sufrido.

Estamos  realizando  la más importante  revolución que  jamás ocurrió en la  historia  de la  humanidad – el  ser  ejemplo  del  despertar de la  conciencia  de la  patología  social.

Artículos del Periódico STOP 80:

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