Artículo publicado en el Periódico STOP edición 82
Heloísa Coelho y Marcia Sgrinhelli,
Cirujanas Dentista con orientación Psicosomática
La neuralgia del trigémino es considerada como el más violento de los dolores repentinos y recurrentes que afligen al ser humano. Es un dolor lancinante, de aparición súbita, como una picada, punzada o choque; ataca un lado de la cara y dura algunos segundos y reaparece en intervalos de tiempo variados.
Prevalece en los ancianos y el 60% son mujeres. Por la medicina tradicional, el “tratamiento” más indicado es el farmacológico (anticonvulsivantes) y el paciente necesita tomar dosis cada vez mayores para aliviar el dolor; aun así, en muchos casos a dolor persiste.
Además de eso, los efectos colaterales son desalentadores: desequilibrio, mareo, reducción de la capacidad de raciocinio, desmayo etc.
En el 95% de los casos, no existe compromiso orgánico, ni trauma previo que justifique esa enfermedad. Por lo tanto, el examen neurológico no revela ninguna alteración. Eso comprueba que la neuralgia del trigémino es una enfermedad psicoenergética. Por los descubrimientos de Keppe, principalmente sobre Metafísica Desinvertida, es posible comprender la verdadera causa de la neuralgia del trigémino.
La enfermedad orgánica es un fenómeno principalmente energético
Según Keppe, los llamados sentimientos negativos (envidia, venganza y odio) crean alrededor del individuo un caparazón que impide la entrada de energía (esencial) en la estructura psico-física enfermando e impidiendo su desarrollo.
Físicamente, o ser humano constituye un ser receptor y transmisor de ondas energéticas. De manera que tiene que haber un perfecto equilibrio entre el recibir y emitir energía para que no haya un corto-circuito en todo o sistema cerebral.
Los nervios de nuestro cuerpo son los mayores captadores de energía esencial; el trigémino, por ser un nervio par (bilateral) , capta más energía. El nivel de lo que transmitimos depende del volumen de energía que aceptamos, y ésta depende directamente de los buenos sentimientos que desarrollamos.
La consciencia tiene un enorme poder energético y curativo
Por nuestras observaciones clínicas, las personas con neuralgia del trigémino tienen mucha rabia, rencor y como consecuencia se vuelven inactivos, dejando de ser útiles a la sociedad. La rabia es una reacción de lucha contra la consciencia (comprensión total de la realidad, principalmente de nuestro interior. El rencor y el odio crean muchos dolores en el cuerpo.
La neuralgia del trigémino puede surgir después de que la persona tenga alguna consciencia (captación de energía) y en seguida, la rechaza violentamente con ímpetus de envidia y odio. En esos momentos hay un acumulo de energía en el nervio trigémino, causando un corto-circuito.
Los afectados de neuralgia del trigémino relatan que tienen crisis de dolor con más frecuencia cuando están pasando por etapas muy complicadas (relaciones, trabajo y economía). En realidad lo que causa dolores en el ser humano no es lo que ocurre en sí, sino la consciencia que el trae a la persona y ella la rechaza (debido a la censura).
Siempre que dejamos de ver los propios problemas, estamos rechazando a consciencia, que es un bien. Así, podemos enfermar físicamente.
Caso clínico
Cuando N.S., de 64 años vino a buscarnos, sufría de neuralgia del trigémino hacia 10 años. Contó que nunca había trabajado fuera y tenía solo una hija.
Ella se casó y se dedicó solo a cuidar del marido. Sus crisis de dolor empeoraron después de la muerte del esposo. En esa época ella nos buscó para tratar esa neuralgia. N.S. era una persona triste, depresiva y, conforme al relato sobre su vida, percibimos que ella tenía algún rencor. Concientes que esa enfermedad es psicoenergética, le indicamos una terapia trilógica y después de algunos meses, ella dejó de tener esos dolores.
El bien es un proceso de ida y vuelta de la bondad que se hace
No somos dueños del bien que recibimos; si el individuo retiene sólo para él todo el bien que recibe, el puede tener un corto-circuito. Fuimos creados para vivir en función del bien de las otras personas, saliendo de esa prisión horrible a la que el egocentrismo nos encadenó. Así como viene el gran sufrimiento al querer vivir solo para si mismo.
Lo que es realmente fundamental es lo que se realiza, y es lo que caracteriza la esencia de la existencia; – al final de cuentas, el ser humano es formado por la acción de la energía divina, para ser como ella.
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El ser humano nace, vive y muere enfermo